
Los vecinos llamaron rápidamente a los bomberos voluntarios de Las Toscas, que concurrieron con dos camiones cisternas y una camioneta, más de diez efectivos a cargo del jefe de cuerpo, el profesor Ariel Aquino y el sub jefe, Maximiliano Delssín; acompañados por vecinos, armaron un contrafuego, pero el viento que soplaba era bastante fuerte, por lo tanto, no les permitía realizar un trabajo rápido con efectividad, por ello, demoraron varias horas, pero finalmente lograron parar el arrastre incendiario.
Por momentos las llamas generaban temor en los vecinos ya que además de producir explosiones en las chalas de la caña, tomaban alturas que superaban los seis o siete metros.
Hay que destacar el brillante trabajo del personal de bomberos voluntarios tosquense, que junto a varios vecinos colaboracionista arriesgaron su integridad física para dominar al amenazante fuego, de la misma manera deploramos totalmente las acciones delincuenciales de quienes propiciaron el comienzo del incendio, sin importarles las consecuencias y pedimos a la justicia que comience una investigación, para sancionar como corresponde a quienes cometieron el atentado.