
El doctor Deltín fue el asesor de los integrantes del sindicato azucarero en su última versión, cuando al gremio lo manejaban tres personas y fueron ellos junto al letrado quienes convencieron a la mayoría de los obreros para que apoyen a Raúl Del Fabro, afirmando además el profesional, que la única alternativa para hacer funcionar el ingenio era éste productor ganadero y convenciendo a los obreros de mayor antigüedad para que firmen una especie de garantía, para que el juzgado de la quiebra otorgara la tenencia precaria de la planta fabril a Del Fabro, argumentando que a partir de ese momento conformarían una sociedad denominada ‘Ingenio Las Toscas S.A’, donde el 46% serían las acciones de los obreros que firmaron y 54% de la familia Del Fabro.
Además eso mismo anunció Del Fabro, en el mes de abril de 2.018, en las instalaciones de la sociedad rural de Las Toscas, ante un grupo numeroso de obreros y productores, cuando dijo que se hacía cargo como propietario del ingenio azucarero Las Toscas. Allí mismo comenzaron las incertidumbres, las mentiras, los manoseos y los abusos, porque después de eso el doctor Deltín, convenció a la mayoría de los trabajadores para cobrar la indemnización a Romelio Snaider, pero en ningún momento les dijo que para cobrar la indemnización perdían el derecho al reclamo por la antigüedad laboral y automáticamente dejaban de ser obreros del ingenio.
