En lo que pretendió ser un acto cívico político utilizando las herramientas institucionales que el estado argentino y republicano otorga – pronunciamiento público – líneas internas de la derecha argentina regenteadas por huestes del macrismo e impulsada por su presidenta, Patricia Bullrich, como corolario expresivo de su comprensión cívica política, dejaron bolsas de cadáveres frente a Casa de Gobierno, rotuladas con nombres de dirigentes políticos pertenecientes a líneas populares, particularmente, identificadas con el peronismo histórico y comprometido de los últimos 30 años. Nombres de gobernantes, madres y abuelas de plaza de mayo ilustraron en su vergonzoso accionar lo que resulta sin eufemismos ni doble discursos, una apología del genocidio.
Los mismos que formaron parte de la década nefasta del 30, los mismos que bombardearon plaza de mayo matando niños inocentes, los mismos que proscribieron al peronismo 20 años, los mismos que llevaron adelante procesos en nombre de la reorganización nacional, los mismos que hicieron desaparecer 30.000 compañeros/as y sindicalistas en la era de los 70 – era de plomo -. Los mismos que estatizaron una deuda privada en el 82 sellan su accionar político reivindicando la muerte y el desprecio por la democracia, la República y el pueblo argentino. Sus privilegios siempre amenazados por los derechos sociales fueron expuestos en un acto violento cuya alegoría silenciosa dice claramente dónde se ubica esta gente y su singular modo de convivir con el diálogo, el respeto y la democracia.
La nueva comisión que preside el Partido Justicialista de la ciudad de Villa Ocampo expone, no menos que su más febril repudio, a expresiones manifiestas de desprecio y con olor a muerte que nos llama profundamente a una reflexión colectiva y amplia de todo el pueblo argentino. No podemos permitir que la muerte camine por las calles de este país como elemento de sojuzgamiento naturalizado al que algunos le llaman DIÁLOGO.
Walter Mónaco
Sec. Gral. Partido Justicialista
Villa Ocampo