El martes 13 de abril murió su esposo Carlos Schweizer de 34 años de edad, que se contagió de covid, y el jueves 15 de abril, sus dos suegros que también se infectaron. «Si me internaban a mí, no sé qué hacía con mi hija Brisa, que tiene solo tres años», contó.
«Le tengo que agradecer a Dios que me dejó con vida para cuidar a mi hija, porque yo también estuve muy cerca de irme», contó Pamela Balcala, madre de Brisa de tres años, esposa de Carlos Schweizer y nuera de Graciela Noriega y Jorge Schweizer. En 48 horas tuvo que despedir a su esposo y a sus suegros que fallecieron por covid. A la vez, debió luchar con la enfermedad que también la afectó a ella.
Es una de las historias más tristes y duras de la pandemia en el país y sucedió en Santo Tomé. «Se fue toda mi familia, mi sostén, me quedé con mi hija sola», contó Pamela -con la voz todavía tomada por la enfermedad. Aseguró que el único motivo para mantenerse en pie fue y es su hija, a quien le dijo que su padre falleció pero aún no pudo contarle la muerte de sus abuelos. «Voy a pedirle ayuda a un psicólogo para decírselo, es mucha pérdida para ella», confesó.
El primero en presentar síntomas fue Jorge Schweizer de 62 años de edad el padre de su esposo Carlos de 34 años. Luego, el resto de la familia, que vivía en la misma casa de barrio Loyola en Santo Tomé. Carlos tuvo desde el principio un cuadro severo -padecía diabetes-, pero como no necesitó oxígeno no fue internado en Terapia Intensiva.
El lunes 12 de abril, Pamela cumplió 32 años y durante la madrugada del martes su esposo comenzó a sentir aún más la falta de oxígeno y sufrió un paro respiratorio por el que falleció a las 3 de la madrugada. Su suegro continuaba internado en estado grave. A su suegra, a pesar de no tener ninguna enfermedad previa, nunca pudieron estabilizarla.
Menos de 48 horas después de la muerte de su marido, Pamela se enteró del fallecimiento de sus dos suegros el jueves 15 de abril a las 17. «Se fueron sin saber que Carlos, su hijo, había fallecido. No se los pudimos decir», contó.
Pamela contó que de alguna forma «esperaba» la muerte de su suegro porque siempre estuvo grave. «Ya tenía pocos signos vitales y me habían avisado», recordó. Sin embargo, señaló que pensaba que Graciela se iba a quedar para acompañarla. «El covid destruyó a una familia, se llevó todo», lamentó la mujer.
Carlos trabajaba como inspector municipal en Santo Tomé. En marzo del 2020, al comienzo de la cuarentena, tuvo que quedarse en su casa por ser personal de riesgo. Algo similar ocurrió con su padre, Jorge. Era el jefe del departamento de Fotografía de la provincia, pero por la pandemia estaba licenciado. Sin embargo, desde su casa seguía trabajando en el diario del que era dueño: Santo Tomé Siglo XXI.
En la entrevista, Pamela insistió en que no hay que confiarse con el coronavirus. «Siempre dicen que a los jóvenes no les llega, pero yo digo que sí», indicó. La joven aún se agita al hablar y la tos todavía no se le fue. Relató que durante varios días tuvo entre 38° y 39° de fiebre. «Yo todavía tengo secuelas, físicas y emocionales», aclaró. «No puedo tomar ni un jugo fresco porque se me irrita la garganta y no paro de toser», detalló.
Pamela ya despidió a su esposo. Lo hizo en un velorio «muy frío», a cajón cerrado, con la compañía de su hija pero lejos de sus familiares. «No me quiero ni juntar porque toda la familia está con covid», indicó. Este viernes a las 17 es el turno de velar de la misma manera a sus dos suegros.
Durante la entrevista, Pamela la mujer que está muy preocupada por la cantidad de trámites que debe realizar para acceder a la pensión que le corresponde por el fallecimiento de su marido. También dijo que necesita trabajar para poder mantener a su hija Brisa. Ante la gravedad del caso, desde el gobierno provincial le aseguraron que el gobernador Omar Perotti se va comunicar personalmente con ella para ayudarla con todas las gestiones.