El decreto suprimió estos «principios básicos» para las Fuerzas Armadas como instrumento militar de la defensa nacional:
«Serán empleadas en forma disuasiva o efectiva ante agresiones de origen externo contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de la REPÚBLICA ARGENTINA; la vida y la libertad de sus habitantes»…
Para reemplazarlo por estos otros «Principios Básicos» para las Fuerzas Armadas como instrumento militar de la defensa nacional:
«Serán empleadas ante agresiones de origen externo perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s»…
Es decir:
Suprimió las agresiones de origen externo contra:
La Soberanía
La Integridad Territorial
La Independencia Política
La Vida
La Libertad de sus habitantes
Para reducirlas a:
Agresiones de origen externo perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s
Esto, claramente indica el valor que le da esta gestión de gobierno, cuyo comandante en jefe no se inquieta por los principios Soberanía, Integridad, Independencia, Vida y Libertad, para resumir esos principios que le dan una misión y función a las FFAA, solo ante un ataque perpetrado por fuerzas armadas de otros estados, es decir, que responden a gobiernos constituidos.
El peligro extremo de anular la defensa
La conclusión de esta norma es que, si mañana mismo; solo para citar los nombres de conocidos grupos terroristas y revoltosos domésticos, los veteranos del ERP, montoneros, FAL, EGP, MIR, Triple A, FAR, FAP, los naturalizados argentinos de la RAM, la Guardia Whasek, los Monos y cualquier otro grupo armado creado o a crearse; cercaran parte del Territorio nacional o tomaran para sí alguna base militar argentina, las Fuerzas Armadas solo podrán llamar a la policía local y esperar la acción de un fiscal que indique a un juez la necesidad de defender a la Patria.
En situaciones normales, esto parecería un detalle, pero el decreto se presentó al unísono con un manifiesto entregado al ministro de Defensa argentino, mediante el cual los veteranos del ERP le brindan su apoyo al presidente de la Nación que también es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
Tan solo imaginemos si algún grupo terrorista extranjero como WAM, CAM, ORT, Al Qaeda, FARC, ISIS, ELN, Daesh, EI Jorasán, los Talibán, ETA, Hamas, Hezbollah, algún grupo trasnochado invocando a los vetustos grupos Sendero Luminoso, Tupamaros, Ku Klux Klan, las Brigadas Rojas o cualquier otra amenaza a la Soberanía Nacional, la Integridad Territorial, la Independencia Política, la Vida y la Libertad de los argentinos, cruzara las fronteras con el propósito de realizar una invasión o tan solo aterrorizar a los ciudadanos.
En ese caso, las Fuerzas Armadas Argentinas no podrían actuar, ya que su función ahora se remite exclusivamente a repeler una invasión por parte de fuerzas armadas de otro estado reconocido como tal, y estos grupos no serían una amenaza militar para nuestro país porque no responden al mando orgánico de un estado nacional, y lo más ridículo, «ni siquiera podría disuadir una invasión», ya que se quitó ese concepto del torpe decreto presidencial.
Es evidente que la Patria estaba en peligro, hoy está entregada e indefensa contra ejércitos privados propios y ajenos.
Este Decreto también derogó la “Directiva de Política de Defensa Nacional”, con la previsión de ordenarle al ministerio de Defensa que redacte una nueva Directiva en un plazo de 180 días.
Lapso más que prudente para permitir algún desmán de proporciones épicas, sin estrategia ni táctica posible, más que la decisión de un presidente que apenas puede gobernar un país con sus propios ciudadanos confinados a sus casas y que tampoco podrá resolver el peor atentado terrorista exterior a nuestro país, al que se refirió como tal y que denunció públicamente como encubridora a su actual vicepresidente cuando ella firmó el Tratado con Irán que permitió la impunidad de los atacantes, ya que nuestro presidente cambió a la opinión